No fundes tus esperanzas en los demás.
Aprende a bastarte a ti mismo
y serás el vencedor y no el vencido.
Conócete a ti mismo para aprender a conocer a los demás.
Arráncale triunfos a la vida y no derrotas.
Que tu valor se base en la firmeza de tú carácter,
y en la rectitud de tus pensamientos.
Si tu grandeza radica en tu cerebro y en tu corazón,
perdurará siempre.
Todo infortunio ha de darte una lección para el porvenir.
Tus desgracias deben servirte de apoyo
para alcanzar más altos niveles de perfección moral.
No arrebates jamás la felicidad que no puedes dar.
El bien repercute en quien lo hace y el mal retorna siempre
al mismo punto del que partió.
Juan Antonio Razo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario